Ruta 2: Sierra de Santo Domingo

Salimos del camping de Pigalo para cruzar el cauce del rio en dirección a la Barrera de Curro.  Desde allí pasamos por el Soto de Peña Cervera para tomar sendero casi selvático. Entramos en Huertalo, zona más agreste y desconocida del monte de Luesia.

Giraremos a la izquierda para después de bordearla atravesar la Loma Tiraz en dirección al Soto de Juan Largo.  Ascenderemos por el pinar joven para después de remontar la Loma de las Trancas dirigirnos al barranco de las Raices. 

El recorrido en su inicio es un sube baja sin parar.  Del Barranco de las Raíces arrancamos para superar la Loma de Jospin por su parte baja.  Volveremos a descender para cruzar el barranco de Huertalo y otra vez a subir, en este caso ya sin descensos, por el Paco de los Cuchareteros a Mal Paso, de allí a Cabo Bal y Puy Mone.

Desde aquí comenzaremos a descender, por la Loma de Peña Cervera a Malos Dientes y enlazamos girando a derecha con el sendero que nos lleva de nuevo a Pigalo

Esta ruta es corta en cuanto a distancia pero dura por su continuo sube baja y su pendiente media.

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Visión general de la Sierra - Sierra de Santo Domingo. Rutas Ornitológicas por el Prepirineo. PREPYR365
Pareja de pájaros en una rama - Sierra de Santo Domingo. Rutas Ornitológicas por el Prepirineo. PREPYR365
Diversidad ornitológica en la Sierra -  - Sierra de Santo Domingo. Rutas Ornitológicas por el Prepirineo. PREPYR365
Naturaleza y árboles en estado puro - Sierra de Santo Domingo. Rutas Ornitológicas por el Prepirineo. PREPYR365
Tipo de ruta: Lineal
Tiempo estimado: 5
Distancia: 8.5 km
Desnivel acumulado: 762 m
Dificultad física: Media
Dificultad técnica: Media

Desde Pigalo la ruta discurre por los senderos de la cara norte del monte Puy Moné haciendo un recorrido circular que, pasando por la cima del mismo, nos descubrirá lo más agreste del paisaje protegido, guarida de bandoleros y refugio de maquis.  En la primera mitad del siglo pasado zona de producción de carbón que fue famoso por su calidad en Zaragoza y provincia.

 

Las variaciones altitudinales y las diferencias de orientación dan lugar a un mosaico climático típico de las montañas medias mediterráneas, que explica la importante variedad forestal natural de esta zona. En las laderas de umbría, predomina el pino silvestre (Pinus sylvestris), en muy buen estado de conservación, acompañado de un sotobosque de boj (Buxus sempervirens), con algunos abedules en el límite de su distribución (Betula pendula) y álamo temblón (Populus tremula). En estas zonas se localizan una serie de rodales de hayedos (Fagus sylvatica) relictos, que constituyen los bosquetes de esta especie más exteriores del Pirineo.

Los valores faunísticos de la Sierra de Santo Domingo, asociados a la diversidad de este paisaje de transición entre el ambiente mediterráneo y el eurosiberiano, son reseñables. Se destaca la presencia de invertebrados como mariposas Apolo (Parnasius apollo), presente en los roquedos de Santo Domingo, e Isabela (Graelsia isabelae), abundante en los pinares musgosos de Pinus sylvestris, así como Eriogaster catax, en el bosque mediterráneo. Existen también coleópteros como el gran capricornio (Cerambix cerdo) y el ciervo volador (Lucanus cervus) en los encinares y robledales de la Sierra, así como Rosalia (Rosalía alpina) en los hayedos.

La admisión de la riqueza e interés en las especies de aves de la Sierra de Santo Domingo se concreta en la declaración de una Zona de Especial Protección para las Aves, la ya citada ZEPA Sierra de Santo Domingo y Caballera y río Onsella. El Paisaje Protegido se encuentra igualmente en Zona de Protección del Quebrantahuesos, albergando en su interior una zona de nidificación.  Destaca también la presencia de 4 parejas nidificantes de alimoche (Neophron percnopterus) en la zona y la abundancia de milano real (Milvus milvus), con zonas de nidificación en las estribaciones de la Sierra. Existe también un gran número de aves necrófagas, entre las que destacan las extensas poblaciones de buitre leonado (Gyps fulvus).

Respecto de los mamíferos, además del jabalí (Sus scrofa), corzo (Capreolus capreolus) y ciervo (Cervus elaphus), cuya presencia es muy abundante, sobresalen por su singularidad los ejemplares de tejón (Meles meles), turón (Mustela putorius), gineta (Genetta genetta) o garduña (Martes foina), así como del valioso musgaño patiblanco (Neomys fodiens) en barrancos frescos, topillo de Cabrera (Microtus cabrerae) en los herbazales de las estribaciones del Sur de la Sierra o el murciélago Rinolfo (Rinolophus ferrum-equinum)

Las arbas de Luesia y de Biel, así como sus afluentes, albergan una variada ictiofauna de gran valor para la conservación, destacando el barbo culirroyo (Barbus haasi), barbo de Graells (Luciobarbus graellsii), madrilla (Parachondrostoma toxostoma) o piscardo (Phoxinus phoxinus). En los cursos altos de ambas arbas se localizan algunos ejemplares de tritón pirenaico (Calotriton asper), mientras que en fuentes y balsas lo hacen el tritón palmeado (Lissotriton helveticus) y el jaspeado (Triturus marmoratus). El sapo común (Bufo bufo) es habitual encontrarlo en pinares húmedos y zonas frescas; en robledales y hayedos habitan lagartos verdes (Lacerta bilineata) así como víbora hocicuda (Vipera latasti), culebra bastarda (Malpolon monspessulanus), culebra lisa europea (Coronella austriaca), culebra de escalera (Rhinechis scalaris). Además también hay presencia de ejemplares acuáticas como Natrix natrix y Natrix maura.

Geomorfológicamente la Sierra de Santo Domingo constituye un anticlinal cabalgante de calizas del Cretácico, y calizas y margas alternantes del Eoceno, cuya charnela ha sido desmantelada por la erosión, dando lugar a un relieve de paredes verticales de roca caliza, cuyas cumbres superan los 1.200m.

En las zonas de materiales más blandos, margas y arcillas, la erosión ha dejado en resalte algunos enclaves de areniscas que constituyen pozas de gran belleza, como los casos del Pozo de Pigalo y Pozo de María en Luesia.  El Arba de Biel ha hecho lo propio en su curso alto, dejando al descubierto areniscas duras combinadas con mineral de cobre en la zona conocida como La Mina. Más abajo, ya cerca del pueblo de Biel, el río ha horadado el conglomerado formando estrechos, como el conocido Pozo Tronco.

Asimismo, en el entorno de los cauces fluviales o arbas que organizan este sistema, se desarrollan formaciones riparias de gran riqueza florística asociadas a las mismas.  

Geomorfológicamente la Sierra de Santo Domingo constituye un anticlinal cabalgante de calizas del Cretácico, y calizas y margas alternantes del Eoceno, cuya charnela ha sido desmantelada por la erosión, dando lugar a un relieve de paredes verticales de roca caliza, cuyas cumbres superan los 1.200m.

En las zonas de materiales más blandos, margas y arcillas, la erosión ha dejado en resalte algunos enclaves de areniscas que constituyen pozas de gran belleza, como los casos del Pozo de Pigalo y Pozo de María en Luesia.  El Arba de Biel ha hecho lo propio en su curso alto, dejando al descubierto areniscas duras combinadas con mineral de cobre en la zona conocida como La Mina. Más abajo, ya cerca del pueblo de Biel, el río ha horadado el conglomerado formando estrechos, como el conocido Pozo Tronco.

Asimismo, en el entorno de los cauces fluviales o arbas que organizan este sistema, se desarrollan formaciones riparias de gran riqueza florística asociadas a las mismas.  

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Las variaciones altitudinales y las diferencias de orientación dan lugar a un mosaico climático típico de las montañas medias mediterráneas, que explica la importante variedad forestal natural de esta zona. En las laderas de umbría, predomina el pino silvestre (Pinus sylvestris), en muy buen estado de conservación, acompañado de un sotobosque de boj (Buxus sempervirens), con algunos abedules en el límite de su distribución (Betula pendula) y álamo temblón (Populus tremula). En estas zonas se localizan una serie de rodales de hayedos (Fagus sylvatica) relictos, que constituyen los bosquetes de esta especie más exteriores del Pirineo.

Los valores faunísticos de la Sierra de Santo Domingo, asociados a la diversidad de este paisaje de transición entre el ambiente mediterráneo y el eurosiberiano, son reseñables. Se destaca la presencia de invertebrados como mariposas Apolo (Parnasius apollo), presente en los roquedos de Santo Domingo, e Isabela (Graelsia isabelae), abundante en los pinares musgosos de Pinus sylvestris, así como Eriogaster catax, en el bosque mediterráneo. Existen también coleópteros como el gran capricornio (Cerambix cerdo) y el ciervo volador (Lucanus cervus) en los encinares y robledales de la Sierra, así como Rosalia (Rosalía alpina) en los hayedos.

La admisión de la riqueza e interés en las especies de aves de la Sierra de Santo Domingo se concreta en la declaración de una Zona de Especial Protección para las Aves, la ya citada ZEPA Sierra de Santo Domingo y Caballera y río Onsella. El Paisaje Protegido se encuentra igualmente en Zona de Protección del Quebrantahuesos, albergando en su interior una zona de nidificación.  Destaca también la presencia de 4 parejas nidificantes de alimoche (Neophron percnopterus) en la zona y la abundancia de milano real (Milvus milvus), con zonas de nidificación en las estribaciones de la Sierra. Existe también un gran número de aves necrófagas, entre las que destacan las extensas poblaciones de buitre leonado (Gyps fulvus).

Respecto de los mamíferos, además del jabalí (Sus scrofa), corzo (Capreolus capreolus) y ciervo (Cervus elaphus), cuya presencia es muy abundante, sobresalen por su singularidad los ejemplares de tejón (Meles meles), turón (Mustela putorius), gineta (Genetta genetta) o garduña (Martes foina), así como del valioso musgaño patiblanco (Neomys fodiens) en barrancos frescos, topillo de Cabrera (Microtus cabrerae) en los herbazales de las estribaciones del Sur de la Sierra o el murciélago Rinolfo (Rinolophus ferrum-equinum)

Las arbas de Luesia y de Biel, así como sus afluentes, albergan una variada ictiofauna de gran valor para la conservación, destacando el barbo culirroyo (Barbus haasi), barbo de Graells (Luciobarbus graellsii), madrilla (Parachondrostoma toxostoma) o piscardo (Phoxinus phoxinus). En los cursos altos de ambas arbas se localizan algunos ejemplares de tritón pirenaico (Calotriton asper), mientras que en fuentes y balsas lo hacen el tritón palmeado (Lissotriton helveticus) y el jaspeado (Triturus marmoratus). El sapo común (Bufo bufo) es habitual encontrarlo en pinares húmedos y zonas frescas; en robledales y hayedos habitan lagartos verdes (Lacerta bilineata) así como víbora hocicuda (Vipera latasti), culebra bastarda (Malpolon monspessulanus), culebra lisa europea (Coronella austriaca), culebra de escalera (Rhinechis scalaris). Además también hay presencia de ejemplares acuáticas como Natrix natrix y Natrix maura.

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