4 Gigantes de Piedra en el Prepirineo.

Nuestra zona favorita de Aragón contiene entre sus joyas un buen número de formaciones geológicas de grandes dimensiones y formas imposibles. Desde los conglomerados de Vadiello o Riglos a las calizas de Rodellar, pasando por las areniscas de las Bardenas negras, todas estas rocas han sido moldeadas por el paso de los siglos, dejando figuras increíbles que hacen las delicias de fotógrafos e “instagramers” gracias a sus preciosas panorámicas.

En este artículo conoceremos las 4 rutas geológicas más bonitas del Prepirineo.

¡Unas rutas que no te puedes perder!

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  • Vadiello: un embalse entre paredes de piedra

https://turismo.hoyadehuesca.es/tu-cuentas-mucho/blog/1251-en-ruta-hacia-el-huevo-de-san-cosme-mallos-de-vadiello

La ruta parte a pocos kilómetros de la capital oscense, en el parking del embalse de Vadiello, un gran conocido de los amantes de la naturaleza que habitan en esta pequeña urbe. Tras dejar el coche hay que dirigirse hacia la presa cruzando un túnel de roca en el que habita una colonia de murciélagos. Según el momento del día parece que estás entrando directamente en una película de Batman. Cabe destacar que actualmente los murciélagos son una especie protegida además de unos grandes comedores de mosquitos, así que no hay que molestarles para que puedan continuar con su labor. Al llegar a la presa ya se revela el espectacular paisaje que nos acompañará el resto del camino, con los mallos de Vadiello acompañando al bonito pico Borón. Es un paisaje que comienza árido, con escasa vegetación, en el que la roca se erige como gran protagonista y nos empequeñece a medida que nos acercamos a sus paredes.

El camino continúa pasando junto a las ermitas de Santa Cruz, San Cosme y San Damián, y cruza un bonito carrascal antes de una fuerte pendiente que nos llevará a uno de los platos fuertes de este entorno: “el bosque encantado”. Se trata de un encinar muy peculiar, en el que las formas de troncos y ramas crean una ilusión visual en la que creerás que los árboles se mueven a tu paso. Es agradable cruzarlo de día... ¡pero no hemos esperado nunca a la noche por precaución! Ya sabéis que la magia de Huesca se encuentra en estos lugares tan recónditos y hermosos, y hay encantarias (así llamamos a las hadas por aquí) a las que le gusta mucho bromear con los transeúntes despistados cual sirenas en el océano.

Una vez hemos abandonado “el bosque encantado” llegaremos ya al destino de nuestra ruta: el huevo de San Cosme. Se trata de una gran roca aislada del resto con la forma que le da nombre, pero con un tamaño descomunal, que pareciera imposible que se mantenga en pie estando tan sola. Quizás vigilan que no se caiga los numerosos buitres y alimoches que merodean alrededor. O comprueba el pequeño treparriscos a menudo su consistencia cuando busca alimento en invierno en sus paredes. En esta zona se han visto a menudo, igual que a los famosos quebrantahuesos, que visitan de vez en cuando la zona. Así que ya sabes, si vas hasta el huevo de San Cosme, tráete los prismáticos para disfrutar de las aves que merodearán el cielo sobre tus pies.

  • Las Bardenas Negras: paredes entre el desierto y los pinares

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Las Bardenas Negras son el nombre que recibe la zona de las Bardenas Reales situada en la parte aragonesa, ya que esta estepa semi-desértica es compartida con la comunidad foral de Navarra. Recibe el sobrenombre de “negras” dado a que en esta zona abundan los bosques de pino carrasco o pino negro. Sin duda el punto más espectacular en estos lares es la conocida “Punta Negra”, que guarda una de las panorámicas más bonitas del lugar. En la “Punta Negra” el bosque de pinos es literalmente cortado por una enorme pared de roca, en un punto bastante alto que nos permite disfrutar de unas bonitas vistas. Para acceder hay dos rutas posibles, una con la que llegas en coche prácticamente al mirador, y otra en la que se puede llegar por un sendero apto también para BTT.

La primera opción, más accesible, parte de Sancho Abarca, una pedanía de Tauste. Desde allí, se puede acceder incluso en autobús hasta el Santuario de Sancho Abarca, un complejo en el que encontramos la ermita, pero también un hostal, un merendero y un mirador desde el que se observa una tremenda panorámica que incluye el magnífico Moncayo. Un sitio ideal para echar un bocado y continuar hacia el destino, todavía en automóvil, casi cresteando por la carretera que une Valareña y Tudela. A mitad de camino, estará el punto en el que dejar el coche y llegar con un breve paseo a esa inmensa pared que recuerda el famoso muro de juego de tronos. Es casi inevitable probar a empujar sus paredes como si se fueran a mover por arte de magia.

El segundo itinerario parte de Valareña por la carretera de Tudela, y tras cruzar una acequia de riego se tuerce por una pista a la izquierda que nos llevará a través de los Planos de Goya, el refugio de Goya, el refugio de Florian, la Val de Pinos y la Casa Foresta. Pasados todos estos parajes abandonaremos ya el coche en la entrada a la senda. Se trata de “El Sendero de la Negra”, una ruta circular preciosa que tiene 15 puntos de interés señalizados, y por la que evidentemente pasamos por la “Punta Negra”.

  • El Reino de los Mallos de Riglos

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Los Mallos de Riglos son protagonistas de esta zona turística, coronando el río Gállego y creando así una de las fotografías más populares de la Hoya de Huesca. Si te gustan los deportes de aventura, debes acercarte a este reino, pues en las aguas del Gállego se practican el rafting y otras disciplinas de aguas bravas, y las paredes de roca de estos gigantes son una de las mecas de la escalada desde hace ya casi un siglo. Sus 275 metros en el punto más alto son reclamo suficiente para ponerse debajo y sentir la inmensidad.

Además de los citados mallos (por cierto, “mallo” es el término aragonés que se le da a las grandes formaciones de roca) tenemos también el conocido “Mirador de los buitres”, con una pared inmensa en la que habitan todo tipo de aves rapaces y necrófagas. Allí podemos encontrar alimoches, quebrantahuesos, y por supuesto, cientos de buitres. A los más valientes les recomendamos “El Camino del Cielo”, un pequeño sendero que termina en una roca suspendida prácticamente en el aire, rodeada de una caída de cientos de metros… evidentemente no apta para personas con vértigo.

La ruta que proponemos desde aquí es la “Circular de los Mallos”, puesto que rodean los mismos y tenemos la suerte de poder situarnos tanto a sus pies, observando sus paredes elevando la mirada hacia el cielo, como por encima de ellos, ya que un camino llega hasta arriba sin ningún peligro y puedes disfrutar de la panorámica completa del río Gállego. No podemos dejar de mencionar tampoco los cercanos mallos de Agüero, a pocos kilómetros, y aunque no tan famosos, no por ello menos impresionantes.

  • Rodellar y el gran cañón del Mascún

https://turismosomontano.es/es/rodellar

La última de nuestras propuestas nos lleva al recóndito y aislado pueblo de Rodellar. Situado en plena Sierra de Guara, es uno de los lugares más frecuentados por escaladores y barranquistas, que encuentran en sus paredes de roca caliza y sus pozas de aguas cristalinas el lugar perfecto para disfrutar de ambos deportes. Aquí, al contrario que en las anteriores formaciones, el atractivo no se encuentra en paredes que suben hacia arriba, sino más bien en todo lo contrario, en hundirnos en el cañón del Mascún, uno de los más conocidos por los amantes del descenso de barrancos de todo el mundo. Las paredes entonces se encuentran a ambos lados, llenos de cuevas y agujeros, donde en su primer tramo encontraremos casi seguro numerosos escaladores de alto nivel, probando los fuertes desplomes en las cuevas, y las curiosas chorreras que se formaron con el paso del tiempo.

Sin duda el barranco del Mascún es uno de los más bonitos que podemos encontrar, y la ruta transcurre por el cauce del río, dejando a los lados las bonitas paredes con sus agujeros y relieves mágicos, como el famoso “delfín”, un agujero con la forma de este emblemático mamífero acuático que le encanta a todos los visitantes que se acercan a fotografiarlo. Con tanta pared y tanto agujero, alrededor de un río calmado y limpio, abundan numerosas especies de flora y fauna interesantes: buitres y rapaces, mirlos acuáticos, halcones, águilas reales… y un sinfín de aves que aprovechan el agujero formado por la garganta para anidar con una salida segura por el hueco del barranco.

Si te acercas por aquí, te recomendamos la vía ferrata del Espolón de la Virgen: sencilla y vertical, con unas vistas preciosas y en la que puedes experimentar sin excesiva dificultad lo que debe sentir un escalador cuando trepa por las paredes verticales que le rodean.

En Prepyr365 no nos cansamos de decir que el prepirineo aragonés es un diamante en bruto lleno de lugares sorprendentes, y aquí de nuevo una muestra de ellos. ¡No lo dudes y anímate a descubrir los rincones que esconde!